Me da un gusto enorme leer a estudiantes contar la buena relación y la admiración y el interés académico que tienen con sus profesores. Personalmente NUNCA tuve ese privilegio, no sé si a la gen x le tocó una muy mala época, o si fui yo quien no supo establecer el vínculo, pero no recuerdo haber tenido interés académico con uno solo de mis profesores. Pudo haber sido soberbia de mi parte, pues a ninguno les encontré algo que aprender… claro, fuera del material que impartían. A la inmensa mayoría los sentí como si estuvieran siempre de mal humor, fastidiados, cumpliendo con lo mínimo para dar la clase, ninguno mostraba pasión por inculcar. Tanto de contar sobre esto.