El cinematógrafo: «Este óptico, con su distorsión orgánica y bokeh asférico, transporta al espectador a una evolución sensorial dentro de un plano onírico. La lente deforma la diégesis, convirtiendo el espacio en un flujo psicodélico de textura y profundidad alterada.»
El espectador: «güey, ¿por qué se ve tan culero?»