Es curioso como puede uno de pronto extrañar cosas malas que estaban enlazadas a cosas buenas.
La operación de lavarle la cara al tal Tim Walz está en modo turbo-nuclear. No había escuchado nunca de el y con lo que he leído en las últimas 6 horas me da la impresión que es el mejor ser que ha existido desde que el homo sapiens vio la luz del sol.
Lo divertido que es tener una cita con una persona que se enfurece cada vez que le dan algo en un contenedor de plástico.
– Dijo nunca, nadie.
Entro a Xitter y no entiendo el 90% de los memes. Espero seguir así.
7:30 AM es la hora del olor a huevo frito. No es queja, pero inviten.
Me levanto de la mesa y escucho como que se quiebra un vidrio, pienso – eso fue un vaso – y busco los restos por el piso y… no hay nada.
Dos posibilidades:
- Acabo de quebrar un vaso fantasma.
- El roomba lo limpió ipso facto.
Agrego otra posibilidad, tal vez más factible: 28 horas sin dormir comienzan a cobrar factura.
Que se normalize pedirle al moderador que deje de aplaudir con el micrófono en mano.
Ahora un muchacho me dijo casi con envidia hacia mi generación que me toco vivir una era de muchos inventos y que ahora ya todo se había inventado.
Le digo, a ver pásame una vacuna para el alzheimer que está sobre la maquinita de fusión que usamos para la capturadora de carbono, la que está al lado de la computadora cuántica, en la que instalamos la inteligencia artificial general… ¿o uso el teletransportador?
Seguí jugando con suno, y bien me puedo imaginar un futuro no muy lejano donde el celular te componga al momento el tema musical de la vida.